“Es probable que la ralentización del crecimiento económico mundial lastre los resultados en el segundo semestre, pero dado que los fundamentales se mantienen mejor de lo que se temía, creemos que aún hay margen para sorpresas positivas, lo que apoyará a los gestores centrados en la selección de compañías.“
Virginie Maisonneuve
CIO Global de Renta Variable
Estrategia de renta variable: Punto de impacto
Con el anuncio de una “pausa hawkish” de la Fed de EE.UU. en las subidas de tipos, y el Banco Central Europeo (BCE) avisando de que no prevé una tregua, a pesar de vislumbrarse una recesión, es probable que durante la segunda mitad de 2023 los inversores se enfrenten a una mayor incertidumbre macroeconómica.
En este contexto, nos encontramos ante tres preguntas clave: ¿con qué rapidez afectará a las economías el endurecimiento de la política monetaria de los últimos 12-15 meses? ¿Qué tipo de recesión o desaceleración podemos esperar? ¿Y cómo responderán los resultados empresariales en estas condiciones?
El efecto retardado del endurecimiento de la política monetaria suele tardar entre 12 y 18 meses en hacerse notar. Sin embargo, cabría esperar que el impacto se retrase debido a la excesiva liquidez que los bancos centrales inyectaron durante la pandemia de la Covid-19 y a la capacidad de recuperación de la economía estadounidense.
La solidez de la inflación también influirá en la duración del discurso agresivo de los bancos centrales y determinará su actuación en el futuro. Por lo tanto, será fundamental vigilar los datos de inflación y, por supuesto, su evolución. Aunque la inflación general se está moderando, las autoridades monetarias esperan ver más indicios de una bajada de los precios antes de adoptar una política monetaria más laxa. En EE.UU., la inflación subyacente (que excluye los precios de los alimentos y la energía) se redujo al 5,3% interanual en mayo, pero no ha caído mucho desde diciembre. En la zona euro, la inflación subyacente también se redujo al 5,3% en mayo, aunque sigue siendo más elevada a la de principios de año.
Puesto que la inflación subyacente se mantiene estable, hay motivos para creer que la presión sobre los precios de los servicios tampoco experimentará grandes cambios, incluso aunque la economía empiece a ralentizarse. Es importante señalar que los costes salariales están aumentando en muchos sectores, a pesar de que los precios de las materias primas se están reduciendo. Por ejemplo, el repunte del crecimiento salarial en la zona euro hasta el 5,6% en el primer trimestre de 2023 (frente al 4,8% en el cuarto trimestre de 2022) preocupará al BCE.
Por tanto, es posible que los inversores sientan alivio ante la posibilidad de que este ciclo de subidas de tipos esté llegando a su fin, aunque las compañías seguirán sometidas a ciertas presiones en los próximos meses. Y algunas resistirán mejor que otras.
¿Ralentización o recesión?
Aunque la recesión parece estar llegando a algunas regiones, hasta ahora el punto de impacto está siendo difícil de determinar. La principal excepción es Europa, donde un crecimiento del -0,1% tanto en el cuarto trimestre de 2022 como en el primero de 2023 se traduce en una recesión técnica.
En Estados Unidos y Reino Unido, muchos indicadores económicos apuntan a la baja. Las medidas de masa monetaria (que indican la cantidad total de dinero en la economía) han disminuido durante varios meses. Las últimas cifras del índice de gestores de compras (PMI) del sector manufacturero, que miden de cerca la actividad empresarial, también muestran un descenso sostenido1.
Sin embargo, en las tres economías el nivel de desempleo se ha mantenido en mínimos desde hace varias décadas, lo que ha ayudado a retrasar la caída del gasto de los consumidores, hecho que podría haber provocado una recesión. Con la tasa de empleo en el nivel más alto de los últimos 30 años y una previsión de crecimiento del 0,9% para la zona euro este año, la recesión técnica europea muestra unas características poco habituales, ya que lo normal es que un choque de estas magnitudes se caracterice por registrar datos más débiles en ambos ámbitos.
Por su parte, la economía china, que repuntó en el primer trimestre de 2023 gracias a su reapertura económica tras la Covid-19, se está volviendo a debilitar por la menor demanda de sus exportaciones a nivel global, debido a la ralentización de las economías de otros países. También hay que tener en cuenta el impacto del reajuste de las cadenas de suministro mundiales, como la tendencia “China-Plus-One”, en la que las compañías refuerzan sus estrategias fuera de China con el objetivo de diversificar y crear cadenas más estables.
Así pues, esperamos que las malas noticias traigan otras buenas para “el gigante asiático”, ya que es probable que durante la segunda mitad del año las autoridades sigan apoyando al sector inmobiliario y a los consumidores. Asimismo, las políticas se centrarán en las reformas para respaldar a los líderes tecnológicos e innovadores de la industria nacional. A corto plazo, sin embargo, la ralentización del crecimiento chino se sumará a la desaceleración económica mundial.
Beneficios: el juego de mantener los márgenes
Teniendo en cuenta este contexto, ¿dónde tienen que poner el foco los inversores? Una de las principales pruebas de fuego para las compañías será si pueden repercutir el aumento de los costes sin sacrificar las ventas. Dicho de otro modo, ¿qué empresas serán capaces de mantener sus márgenes? Si los tipos se mantienen al alza durante más tiempo, el hecho de que “el dinero vuelva a tener un coste” hará que algunas compañías tengan problemas, ya que tanto los trabajadores como los proveedores exigirán salarios y precios más altos, respectivamente. Aun así, en el primer trimestre de 2023, muchas empresas superaron con éxito las expectativas de beneficios de los analistas, quienes rebajaron las previsiones para tener en cuenta el impacto de la inflación.
Por otro lado, algunas empresas han mostrado una tendencia a la “greedflation”, es decir, a subir los precios por encima de la inflación. Sin embargo, este planteamiento puede perjudicar a los volúmenes y repercutir en los futuros beneficios. Por ello, preferimos centrarnos en aquellas empresas de calidad que tengan un verdadero poder de fijación de precios. Es probable que la ralentización del crecimiento económico mundial afecte a los resultados del segundo semestre, pero dado que los fundamentales están resistiendo mejor de lo que se pensaba (véase el Gráfico 2), creemos que aún hay margen para sorpresas positivas, lo que ayudará a los inversores en la selección de valores.
Por otro lado, las tensiones en el sector bancario (y su concentración en algunas entidades muy concretas) nos recuerdan que el impacto de la subida de tipos se percibirá de forma desigual en las distintas regiones y clases de activos. Otra razón más para que los inversores eviten cualquier enfoque de “talla única” en sus carteras.
Confiar en la resistencia y las tendencias estructurales
A medida que la atención pasa de los tipos de interés al momento en que se produzca la recesión o la desaceleración, la volatilidad podría regresar a los mercados de renta variable, sobre todo porque las expectativas de beneficios no parecen estar en línea con la cambiante perspectiva macroeconómica. De cara al resto de 2023, nos centraremos en la capacidad de resistencia y en las oportunidades de crecimiento estructural a largo plazo. Los inversores deberían asegurarse de que sus carteras están preparadas para hacer frente a una mayor volatilidad, a la vez que se posicionan para aprovechar las oportunidades que surjan, incluidas las empresas capaces de adaptarse al aumento de los costes de los suministros y a las presiones sobre los márgenes.
Así pues, una de las claves para las carteras podría ser tener exposición a empresas sólidas en todo el abanico de estilos, con énfasis en la calidad, los dividendos y la sostenibilidad, y ancladas en torno a valoraciones razonables y tendencias estructurales a largo plazo. Entre las principales temáticas que consideramos atractivas se encuentran las empresas tecnológicas de calidad y de inteligencia artificial, así como determinadas empresas industriales, como las que se benefician de la deslocalización, la automatización o las soluciones climáticas. Asimismo, creemos que la economía china, históricamente anticíclica, sigue mostrando oportunidades muy concretas.
Gráfico 2: ¿Qué empresas resistirán la caída de los beneficios?
Fuente: AllianzGI Economics & Strategy, Refinitiv Datastream. Datos a 14 de junio de 2023.
1 Fuente: U.S. manufacturing slumps further in May; employment picks up, 1 de junho de 2023; Reuters; Euro zone business growth slowed in May as factories struggled-PMI, 5 de junho de 2023; Reuters; UK factory output contracts again in May, 1 de junho de 2023; Reuters