Resumen
Para tratar de orientar a los inversores con respecto al conflicto entre Ucrania y Rusia, hemos analizado más de una docena de acontecimientos similares ocurridos desde 1953. ¿Nuestra conclusión? Los factores económicos subyacentes suelen ser factores de impulso más importantes para los mercados que los acontecimientos geopolíticos, por lo que deberán permanecer atentos al precio del petróleo, la inflación y las actuaciones de los bancos centrales.
ASPECTOS CLAVE
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Gran parte del mundo ha respondido de forma clara a la invasión de Ucrania por parte de Rusia: representa una violación del Derecho internacional, una grave amenaza para la seguridad mundial y una catástrofe humanitaria. Sin embargo, para los inversores el panorama es más incierto. Cada nuevo acontecimiento parece afectar al precio del petróleo, perturbar a los mercados financieros y enturbiar las perspectivas para la inflación.
En tiempos como estos, algunos inversores confían en una vieja máxima del mercado: “comprar al son de los cañones y vender al son de las trompetas”1. ¿Pero es realmente una buena idea? Para descubrirlo, hemos analizado la conexión existente entre las crisis geopolíticas y los mercados financieros, estudiando más de una docena de momentos de un pasado no muy lejano que presentan paralelismos con la situación actual. (véase la lista más abajo).
Cómo han respondido los mercados a 13 crisis recientes
En nuestro análisis, no hemos encontrado la forma de sacar conclusiones claras acerca del efecto de las crisis mundiales sobre las acciones, los bonos, las materias primas o las divisas. Ha habido ocasiones en las que los mercados han rebotado empáticamente y otras en las que no.2
- Importantes mercados alcistas tras las crisis. Tras las dos guerras de Irak, por ejemplo, los mercados se comportaron bastante bien. Sin embargo, creemos que hubo factores de impulso más significativos de estos rebotes –en particular, el fin inminente de una recesión (1991) o la recuperación de la burbuja tecnológica (2002-2003).
- Importantes caídas tras las crisis. Los mercados se vieron sometidos a una presión masiva tras la invasión de Georgia por parte de Rusia en 2008, pero esto también fue un resultado de la crisis financiera global y no de la crisis política.
En otras muchas ocasiones, los movimientos del mercado de renta variable no fueron espectaculares. En general, tal y como muestran los gráficos siguientes, las acciones han tendido —de media—a comportarse algo mejor tras el comienzo de una crisis global. Al mismo tiempo, históricamente los activos “refugio” como los bonos del Tesoro han sufrido —de media— una ligera corriente de ventas, que ha provocado una subida de sus tires. Sin embargo, tal y como hemos explicado en los ejemplos anteriores, probablemente los factores no relacionados con la crisis fueron los principales determinantes de la rentabilidad. Esta es la importante conclusión que hemos sacado del pasado y no respalda la idea de “comprar al son de los cañones”. Por el contrario, los inversores deberían tomar sus decisiones de compraventa basándose en la salud general de la economía y en las perspectivas para las industrias y los beneficios.
Las acciones han tendido a rebotar tras las crisis globales, en particular tras el fin de la Guerra Fría
Rentabilidad del S&P Index (en %) durante 13 periodos de crisis (véase la lista más abajo)
Tras las crisis, las tires han tendido a subir al perder los activos “refugio” el favor de los inversores
Rentabilidad del Tesoro a 10 años (en puntos básicos) durante 13 periodos de crisis (véase la lista más abajo)
Fuente de ambos gráficos: Allianz Global Investors, Refinitiv Datastream, GFD. Cálculos basados en la evolución de los mercados en torno a RDA (17/3/1953); Hungría (28/10/1956); crisis de Cuba (10/10/1962); Checoslovaquia (21/8/1968); Polonia (13/12/1981); crisis del petróleo 1 (6/10/1973); crisis del petróleo 2 (16/1/1979); guerra de Irak 1 (17/1/1991); guerra de Irak 2 (19/3/2003); Primavera Árabe en Túnez (17/10/2010); Georgia (1/8/2008); Crimea/Ucrania (3/3/2014); EE. UU.-Corea del Norte (8/8/2017). La rentabilidad histórica no es un indicador fiable de los resultados futuros.
Cómo están reaccionando los mercados a la crisis de Ucrania
Desde el comienzo del conflicto de Ucrania, no hemos observado signos de auténtico pánico —al menos en los principales mercados—. El denominado “índice del miedo” —el índice de volatilidad o VIX— se sitúa en torno a 35. Esta cifra es muy superior a su media a largo plazo (en torno a 20), pero se aleja de los valores extremos (más de 50) observados en los últimos años.
La realidad es que a pesar de cómo hagan sentir los mercados volátiles a los inversores, las fluctuaciones de precios han sido relativamente moderadas desde el comienzo de las hostilidades entre Ucrania y Rusia. Es cierto que el S&P ha perdido más del 10% de su valor desde su máximo alcanzado este mismo año, pero las valoraciones de la renta variable estadounidense siguen siendo bastante elevadas si se analizan en un contexto histórico. Por otra parte, el retroceso de los mercados de valores europeos ha sido menos pronunciado y los mercados emergentes —salvo Rusia, por supuesto— no han cambiado mucho.
Los precios del petróleo son otra historia. Se ha producido un notable aumento de los precios de la energía y tanto el West Texas Intermediate (WTI) como el crudo Brent cotizan por encima de 100 dólares —el doble que hace dos años—. Es probable que esto deje su marca en el crecimiento económico. En épocas pasadas, una duplicación del precio del petróleo en un período de dos años ha conducido sistemáticamente a una recesión.
En este contexto, es razonable preguntarse si los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal estadounidense, aplazarán o incluso detendrán la normalización anunciada de la política monetaria. Nosotros tenemos nuestras dudas, en gran medida debido a las perspectivas para la inflación. Hay que tener en cuenta que la subida del precio del petróleo probablemente provocará un aumento de las tasas de inflación más pronunciado de lo que anteriormente se esperaba. Por otra parte, es posible que las empresas y los hogares continúen elevando sus expectativas para la inflación a la luz de la subida de precios de la energía —que puede en realidad impulsar la inflación todavía más—. Desde finales de 2021, los bancos centrales han apuntado cada vez más a las presiones inflacionarias subyacentes y a unos mercados laborales próximos al pleno empleo. Nuestros análisis demuestran que, aunque podemos esperar un descenso de la variación anual de las tasas de inflación, a medio plazo es muy probable que la inflación se mantenga por encima del objetivo del 2% que han marcado los bancos centrales de los países occidentales.
Por otra parte, la Fed hace constar periódicamente su intención de endurecer las condiciones financieras en general, no solo los tipos de interés de los bancos centrales. Es poco probable que un descenso gradual de los precios de las acciones o una subida de los tipos de interés del mercado para los préstamos y bonos corporativos vaya a cambiar eso.
En este contexto, preferimos, de momento, seguir siendo prudentes con la renta variable. Los mercados han disfrutado de años de sólida rentabilidad y puede que la crisis de Ucrania desencadene nuevas corrientes de ventas en las próximas semanas.
Here are the 13 market-moving crises that we analysed
Guerra Fría | 1981 | Ley marcial en Polonia |
1968 | Invasión de Checoslovaquia | |
1962 | Crisis de los misiles de Cuba | |
1956 | Invasión de Hungría | |
1953 | Sublevación de Alemania Oriental (RDA) | |
Crisis del petróleo | 1979 | Crisis del petróleo tras la revolución iraní |
1973 | Embargo de petróleo de la OPEP | |
Guerras del Golfo | 2003 | Segunda guerra EE. UU.-Irak |
1991 | Primera guerra EE. UU.-Irak | |
Primavera Árabe | 2011 | Revueltas en Oriente Medio |
Acción militar de Rusia | 2014 | Crisis de Crimea (Ucrania) |
2008 | Invasión de Georgia | |
Agresión de Corea del Norte | 2017 | Tensiones EE. UU.-Corea del Norte |
1 Esta cita se atribuye frecuentemente al financiero londinense Nathan Rothschild, 1810.
2 Fuente: Análisis de AllianzGI, Refinitiv Datastream. La rentabilidad del S&P 500 tras el comienzo de la primera guerra de Irak (17 de enero de 1991) fue del 19,0% para el periodo de tres meses y del 16,2% para el periodo de seis meses. La rentabilidad del S&P 500 tras el comienzo de la segunda guerra de Irak (19 de marzo de 2003) fue del 13,8% para el periodo de tres meses y del 18,6% para el periodo de seis meses. La rentabilidad histórica no es un indicador fiable de los resultados futuros.
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Resumen
La combinación de la agitación geopolítica, la mayor incertidumbre, la inflación persistente y elevada, la ralentización del impulso económico y los bancos centrales que están claramente “detrás de la curva”, ofrece un entorno difícil para los inversores.