Sacar partido a la disrupción
¿El metaverso es real?
Creemos que las definiciones normalizadas del metaverso minimizan su potencial revolucionario y transformador. Al integrar a la perfección el mundo real y el digital generará un nuevo nivel de interconectividad y nuevas oportunidades para los inversores.
Aprendizajes clave:
- Para nosotros, la disrupción consiste en que los cambios habilitados por las nuevas tecnologías tendrán un impacto que no se limitará al sector tecnológico, sino que afectará a todas las áreas de nuestra vida. El metaverso es el claro ejemplo de ello.
- Ahora que los mundos digitales forman parte de nuestra realidad, a través de videojuegos y videollamadas, entre otros, el metaverso dibuja un nuevo panorama de interconectividad sin barreras entre las esferas físicas y las digitales.
- Cada vez son más los que aceptan el traslado de la “vida real” a lo digital, por ello, la suma de los ingresos de las empresas dedicadas al metaverso podría alcanzar los 25 o 30 billones de dólares en 2040.
- Como el metaverso ofrece una interoperabilidad superior entre el mundo real y el digital, acabará incorporando también a los sectores no digitales, lo que creará múltiples oportunidades para los inversores.
El metaverso es el resultado de décadas de digitalización
El “metaverso” es un término tan nuevo que todavía no existe una única definición consensuada. Suele utilizarse para describir los mundos digitales o espacios virtuales que se habilitan a través de la realidad aumentada o virtual. Sin embargo, en nuestra opinión, esta definición es demasiado limitada. El metaverso debería pensarse como la integración perfecta entre el mundo real y el digital.
Es una realidad en la que nuestra identidad digital es igual de valiosa que nuestra identidad física. No es un espacio digital independiente al que accedemos a través de la realidad aumentada o la virtual, como en la película de Steven Spielberg, Ready Player One.
Según nuestra definición, el metaverso y la Web 3.0, una versión de Internet basada en la tecnología blockchain o de cadena de bloques que posibilita un nuevo nivel de interconectividad, son dos caras de la misma moneda. Por ello, creemos que el metaverso es una megatendencia que provocará cambios profundos en la evolución de la sociedad.
Los nativos digitales: un segmento demográfico en crecimiento
La transformación de lo “real” a lo “digital” es cada vez más normal
Antes de la evolución digital, nuestra atención se centraba únicamente en el mundo físico. Sin embargo, con la llegada de televisiones, ordenadores y móviles, hemos ido prestando cada vez más atención a los mundos digitales, y esta tendencia ha llegado para quedarse. Esta división de atenciones ha provocado que muchos conceptos del mundo real pasen a manifestarse en las esferas digitales. A continuación, algunos ejemplos:
- El teletrabajo se instauró ampliamente durante la pandemia de la COVID-19. Una plataforma de videoconferencia aloja, en la actualidad, 3,3 billones de minutos de videollamadas al año.
- Los amigos de la vida real han pasado a ser comunidades en línea en redes sociales ya existentes y nuevas, algunas de las cuales experimentaron un crecimiento exponencial en la pasada década.
- Los vínculos de amistad que antes se desarrollaban en equipos de fútbol o béisbol ahora se crean en videojuegos en línea multijugador que reúnen a millones de usuarios cada día.
- Los filtros de realidad aumentada son el nuevo maquillaje. ¿Es importante ajustarse a las definiciones tradicionales de “belleza” de la vida real si se pueden utilizar filtros en redes sociales?
- El dinero y las propiedades han migrado a los mundos digitales a través de las criptomonedas y los tókenes no fungibles (NFT).
Atrás quedaron los tiempos de la Web 2.0; es el momento del metaverso y la Web 3.0
Del mismo modo que la Web 2.0 supuso un avance enorme para Internet gracias a la llegada de las redes sociales y la computación en la nube, todo apunta a que la Web 3.0 ofrecerá un nuevo nivel de interconectividad basado en la tecnología blockchain o de cadena de bloques y será una de las piedras angulares del metaverso. Se espera que la combinación de la Web 3.0 y el metaverso traiga novedades en varios aspectos clave:
- Interoperabilidad entre el mundo físico y el digital como un sistema de registro público común en la cadena de bloques que favorece la interacción del mundo real con los activos digitales, como tókenes no fungibles (NFT) y criptomonedas, y la interacción de lo digital con los activos físicos, como las propiedades inmobiliarias.
- Escala masiva de usuarios para que miles puedan interactuar a la vez.
- Desarrollo de la sensación de presencia, dejando atrás los limitados medios de interacción actuales.
- Nuevos modelos de negocio en los que los creadores o usuarios son los protagonistas en lugar del producto.
Algunos de los precursores de muchos de estos cambios ya están en marcha y gigantes tecnológicos reconocidos han comprometido inversiones muy importantes para el desarrollo del metaverso, las criptomonedas y los NFT. El objetivo es responder al rápido crecimiento en los niveles de uso, a la generalización de las videoconferencias y a la presencia de filtros de realidad aumentada. Todo esto representa solo las oportunidades de inversión iniciales que surgirán de esta próxima ola de transformación digital.
¿Las implicaciones para los inversores? Hay que prepararse para el metaverso real
¿Cómo pueden aprovechar este contexto los inversores? Para empezar, observamos oportunidades potenciales en la inversión en empresas que desarrollan infraestructura de Web 3.0, el ecosistema de aplicaciones para utilizar esta infraestructura y los mundos digitales que surgen de estas aplicaciones interoperables.
A largo plazo, creemos que el metaverso crecerá y acogerá a sectores no digitales. Por ejemplo, en el sector inmobiliario podría posibilitar un mantenimiento más eficiente y transparente de los registros de propiedad. También podría agilizar transacciones financieras complejas a través del blockchain u optimizar las cadenas de suministro en los sectores de la fabricación y la agricultura. Por ello, los inversores deberían adoptar perspectivas que tengan en cuenta a varios sectores con el fin de identificar a las empresas ganadoras en este entorno.
¿El metaverso es real? En nuestra opinión, sí. Los límites entre nuestra vida real y la digital son cada vez más difusos, por lo que el metaverso no es una realidad lejana. De hecho, llegará mucho antes de lo que pensamos, y con él, oportunidades muy interesantes de inversión.