A principios de la semana pasada, el conflicto de Ucrania provocó una inquietud considerable en las bolsas. La preocupación por una intervención militar hizo que la renta variable retrocediese, mientras que la renta fija se benefició de su rol de “refugio seguro”, y el petróleo y el gas se dispararon. Las cuestiones geopolíticas claramente parecen más importantes para los inversores que la política monetaria en este momento.
El Geopolitical Risk Index o Índice de Riesgo Geopolítico, que hace un seguimiento de las noticias sobre conflictos geopolíticos en 10 destacados periódicos estadounidenses, indica que las tensiones están disminuyendo en los principales países industrializados. Por desgracia, este no es el caso del conflicto entre Rusia y Ucrania. El porcentaje de artículos de prensa que se refieren a Ucrania se sitúa ahora en el máximo alcanzado durante la anexión de Crimea por parte de Rusia.
Mientras tanto, la inflación sigue siendo un tema importante. Las esperanzas de que disminuiría marcadamente a principios de este año debido a los efectos de base (y, en caso de Alemania, debido también al efecto de la suspensión temporal del IVA) se han disipado y se están aplazando hacia el verano. Al mismo tiempo, las expectativas de los analistas del mercado parecen haberse desvinculado de los datos actuales. Efectivamente, las previsiones de la encuesta a expertos en previsión económica (Survey of Professional Forecasters) de la zona euro han repuntado, pero muy ligeramente. En un horizonte a cinco años, se espera apenas algo más del 2%. Así se desprende también de los datos de mercado de los swaps de inflación: en un horizonte de 10 años, estos apuntan asimismo a una expectativa de inflación del 2%. En el caso de Estados Unidos, se encuentran algo por debajo del 3% e incluso han retrocedido un poco últimamente.
La relajación de las expectativas de inflación refleja una elevada confianza en que los bancos centrales podrán controlar la evolución de los precios. Esto también podría explicar por qué los rendimientos de la renta fija se han ido desvinculando cada vez más de la tendencia actual de la inflación y siguen siendo relativamente bajos. Como consecuencia, los tipos de interés reales son cada vez más negativos. Se trata de una evolución inusual en términos históricos, como muestra el gráfico de la semana para EE. UU. Esto deberían justificarlo los bancos centrales, cuyos balances han aumentado mucho por las compras de bonos y se están reduciendo a distintas velocidades: por ejemplo, el banco central estadounidense, la Fed, comparado con el Banco Central Europeo (BCE), que está actuando más lentamente.
Algo muy alentador es que desde hace ya un tiempo, se observa que el gran número de contagios de coronavirus ya no va acompañado de unas altas tasas de mortalidad, una tendencia que se va acentuando junto con un descenso del número de casos en todo el mundo. De cara al futuro, se observan algunas señales de alivio, que deberían de dar impulso a la economía.
Claves de la próxima semana
Si bien los indicadores de la economía real que se publicarán la próxima semana seguramente se midieron demasiado pronto para reflejar una relajación de la pandemia, pero deberían de seguir mostrando el impacto de la alta inflación. El lunes se anuncian, entre otros, el índice de gestores de compras de Jibun Bank para Japón, los precios de la producción de Alemania, y el índice Markit de gestores de compras del sector manufacturero y de servicios de la zona euro y sus Estados miembros. El martes se publica el índice Ifo de clima empresarial de Alemania. La última cifra mostró un buen repunte y es de esperar que esta tendencia se acentúe a medida que se vayan calmando los problemas de las cadenas de suministro. En EE. UU. se publicarán el índice Markit de gestores de compras y la confianza de los consumidores de The Conference Board. El miércoles sabremos el índice GfK de confianza de los consumidores de Alemania y los precios finales al consumo de la zona euro, que previsiblemente apenas habrán variado con respecto a la estimación preliminar. No obstante, con un 5% interanual, nos recuerdan que la tasa de inflación está muy por encima del objetivo del 2%. El jueves, se prestará atención a la inflación subyacente derivada del índice del consumo privado (PCE), como indicador de precios importante para la Reserva Federal. También el viernes se publican la confianza económica, del sector de servicios y de los consumidores de la zona euro, así como el índice de confianza de la Universidad de Michigan.
La inflación, la política monetaria y la geopolítica seguirán siendo temas importantes para los inversores. Al mismo tiempo, hay motivos para esperar que la pandemia haya superado su punto álgido. Estas son buenas señales para la economía, siempre y cuando el precio del petróleo no se dispare de forma prolongada.
Si la situación geopolítica no se relaja en la próxima semana, los activos de riesgo lo pasarán mal, sobre todo porque los factores técnicos parecen favorecer a la deuda soberana y a los precios de la energía, pero no a las acciones. Además, la disposición a sobreponderar la renta variable parece haber tocado techo, según la encuesta de Bank of America a gestores de fondos mundiales.
Con todo, les deseo que se mantengan relajados.
Atentamente,
Dr. Hans-Jörg Naumer
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Resumen
La disrupción siempre ha existido, pero estamos avanzando hacia una nueva era digital en la que “solo sobrevivirán los más fuertes“. Hemos identificado temas clave, desde tecnología del clima hasta inteligencia artificial, que están impulsando grandes cambios lo cual hace que la disrupción sea un factor crítico que los inversores deben integrar en sus carteras.
Aspectos clave
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