Camino a la sostenibilidad
El camino hacia un futuro digital sostenible
Como inversores sostenibles, podemos marcar una diferencia real y duradera en el mundo que garantice un futuro seguro y sostenible.
La era digital ha revolucionado la forma en que interactuamos entre nosotros, facilitando más que nunca compartir y recopilar información. Sin embargo, este mundo digital también es cada vez más accesible a los delincuentes, que pueden cometer desde robos de identidad hasta hackeos fraudulentos. Por ello, la ciberseguridad se ha convertido en una herramienta clave para proteger nuestros ordenadores, redes, programas y datos contra accesos no autorizados o ataques, lo que ayuda a proteger a los particulares y a las empresas de estos nuevos desafíos.
La ciberseguridad es un asunto de gran importancia en el mundo moderno. El Centro de Denuncias de Delitos en Internet (IC3) del FBI registró un aumento del 300% de los ciberdelitos en los dos últimos años.1 Además, los ciberdelincuentes están continuamente diseñando nuevos métodos para sacar partido de los puntos débiles del comercio online y de las infraestructuras esenciales, como el robo de identidades, el secuestro de datos (ransomware) y los ataques ciberterroristas selectivos contra infraestructuras clave de todos los sectores. El aumento de la ciberdelincuencia ha provocado pérdidas de miles de millones de dólares a particulares y organizaciones de todo el mundo, así como daños a la reputación. Por ejemplo, Cybersecurity Ventures prevé que los costes mundiales de la ciberdelincuencia crezcan un 15% anual en los próximos cinco años, hasta alcanzar los 10,5 billones de dólares anuales en 2025.2
La estrategia de comunicación y relaciones públicas de UnitedHealth Group durante el reciente ciberataque a su unidad Change Healthcare evidencia las dificultades de conciliar las distintas obligaciones normativas, informar a los clientes y gestionar información sensible en plena crisis cibernética. Al día siguiente del incidente, UnitedHealth presentó una declaración reglamentaria ante la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU., culpando a un sitio web de asistencia técnica que ofrecía pocas actualizaciones sobre los servicios afectados y la seguridad de los datos. Menos de una semana después, la empresa emitió una segunda declaración, esta vez responsabilizando a la banda de ransomware ALPHV. Como resultado, sus clientes y socios se sintieron desatendidos, y Change Healthcare tuvo que enfrentar una crisis de relaciones públicas además del hackeo original.
Un mundo en transformación
La ciberdelincuencia se está volviendo cada vez más sofisticada, lo que lleva a las organizaciones a implementar tecnologías de seguridad avanzadas para proteger sus datos y recursos. Si se compara con hace varios años, la ciberseguridad ha cambiado mucho. Y ello se debe a dos tendencias que se han combinado: la actual transición hacia la nube y la aparición de la IA. Mientras que la seguridad en los sistemas locales tradicionales era relativamente sencilla, con perímetros que mantenían alejadas a las entidades poco fiables, los entornos nativos de la nube requieren soluciones más complejas debido a la naturaleza de la arquitectura de sus aplicaciones y a la conectividad entre los usuarios, los datos e Internet. Los entornos de infraestructuras híbridas aumentan aún más la complejidad, ya que las organizaciones necesitan soluciones que abarquen un ámbito más amplio.
La IA se está convirtiendo rápidamente en una parte integral de la ciberseguridad. Esta tecnología presenta tanto oportunidades como posibles riesgos para el sector. Puede utilizarse para automatizar la detección y respuesta a las amenazas y mejorar la precisión y rapidez de las operaciones de seguridad. Sin embargo, los ciberdelincuentes también pueden utilizar la IA para identificar y explotar rápidamente los puntos débiles del sistema, automatizar actividades como el phishing, la ingeniería social y la piratería informática, así como para crear y distribuir contenidos falsos.
Ciberseguridad y sostenibilidad
En la era digital actual, las empresas dependen en gran medida de la tecnología para almacenar y gestionar datos de gran valor. Los piratas informáticos y los ciberdelincuentes buscan constantemente formas de aprovechar las vulnerabilidades de estos sistemas, por lo que la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad absoluta para las organizaciones. Al mismo tiempo, cada vez más compañías están adoptando prácticas de inversión sostenible, que dan prioridad a la responsabilidad medioambiental y social. Si bien puede parecer que estos dos conceptos no están relacionados, sí que pueden colaborar para crear un futuro más seguro y sostenible.
La ciberseguridad es esencial para proteger a las empresas, las organizaciones y las infraestructuras de todo el mundo, especialmente a medida que nuestras vidas se digitalizan cada vez más. Como tal, es crucial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16: paz, justicia e instituciones sólidas. Este ODS se centra en promover sociedades pacíficas e inclusivas, proporcionar acceso a la justicia para todos y reducir significativamente los flujos financieros y de armamento ilícitos. Además, hace hincapié en la necesidad de combatir la ciberdelincuencia y reforzar la recuperación y devolución de los activos robados.
Un planteamiento más amplio del desarrollo sostenible
Por supuesto, aunque la ciberseguridad eficiente y eficaz puede contribuir de este modo a los objetivos de desarrollo sostenible, el sector se enfrenta a las mismas inquietudes de sostenibilidad que afectan a todos los sectores. Por ejemplo, al ser una industria basada en la tecnología, la ciberseguridad consume mucha energía y puede depender de centros de datos, lo que plantea cuestiones en torno al uso sostenible de la energía. Además, puede haber cuestiones sobre los tipos de clientes con los que trabajan los proveedores de ciberseguridad: si se prestan servicios, por ejemplo, a actores estatales opresores o a fabricantes de armas, entonces eso puede plantear en sí mismo cuestiones éticas y de sostenibilidad. Todas estas cuestiones, y otras más, son las que los inversores sostenibles deberán tener en cuenta a la hora de abordar este sector.
A medida que las tecnologías digitales se vuelven cada vez más integrales en nuestras vidas, se necesita por tanto un enfoque sólido para proteger los datos, la infraestructura y los activos digitales con el fin de mitigar la ciberdelincuencia y garantizar la confianza y la seguridad en nuestra sociedad digital. Y como inversores sostenibles, podemos desempeñar un papel clave en este esfuerzo considerando el papel más amplio de la ciberseguridad en el desarrollo sostenible, al tiempo que abordamos el tipo de cuestiones (descritas anteriormente) que pueden afectar a los proveedores en este ámbito. De hecho, invertir en empresas que den prioridad a la ciberseguridad y a los objetivos de desarrollo sostenible puede impulsar un cambio estructural y crear un mundo seguro y sostenible para todos.
Además, al invertir en empresas que están tomando medidas para proteger los datos, la infraestructura y los activos digitales, podemos incentivar a las organizaciones para que den prioridad a la ciberseguridad y creen una sociedad digital segura y protegida. Como inversores sostenibles, podemos marcar una diferencia real y duradera en el mundo que garantice un futuro seguro y sostenible para todos.