Climate change
Transición y seguridad energética: ¿complementarias o excluyentes?
La guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto las principales vulnerabilidades del mix energético mundial, al destacar cuestiones como la seguridad energética, la asequibilidad y la resiliencia. Sin embargo, también ha provocado un aumento de los riesgos a corto plazo para la transición energética y el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Una cuestión clave que hay que explorar ahora es si el doble objetivo de la seguridad energética y la transición energética pueden coexistir.
Aspectos clave
- La guerra en Ucrania ha acelerado la urgencia de definir el futuro mix energético, que exige un giro fundamental hacia las fuentes de energía renovables para 2050.
- Resulta necesario separar el consumo de energía del crecimiento del PIB para alcanzar una trayectoria de calentamiento global inferior a 1,5 °C.
- Si bien existe un acuerdo sobre las tendencias generales, sigue faltando consenso sobre las vías precisas de transición energética.
- Dar prioridad a la asequibilidad de la energía a corto plazo sobre la descarbonización supone un riesgo, aunque las vulnerabilidades de seguridad energética expuestas pueden ayudar a la transición.
- Corregir la falta de la financiación de la transición energética abrirá la puerta a oportunidades de inversión en tres áreas: reducción de los combustibles fósiles, transición a las energías renovables y soluciones centradas en el clima.
En abril de 2022, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) confirmó que el objetivo crítico de limitar el calentamiento global a 1,5 °C para 2050 solo se alcanzará si se reducen a la mitad las emisiones de CO2 para 2030. Aunque el mundo no va por buen camino, el objetivo sigue siendo alcanzable si se actúa ya, según el IPCC. La guerra de Rusia en Ucrania y las consiguientes amenazas a la seguridad energética han aumentado los riesgos de quedarse atrás en estos objetivos y de no cumplir los compromisos nacionales contraídos en la COP26 de Glasgow. Sin embargo, la guerra también ha servido para poner de manifiesto la necesidad de invertir más en infraestructuras energéticas.
El consumo de energía es el punto de partida. Para alcanzar la trayectoria necesaria, los gobiernos deben desvincular el consumo de energía y el crecimiento del PIB (véase el Gráfico 1). A medida que las economías crecen, la demanda de energía aumenta; cuando la energía se ve limitada, el crecimiento del PIB se ralentiza. Desvincular ambos conceptos permitirá limitar el calentamiento global. Para reducir la demanda de energía sin reducir el crecimiento del PIB, resultan esenciales otras medidas de adaptación, cambios de conducta y eficiencia energética.
Gráfico 1: Previsión de crecimiento del PIB en 2050 vs. modelización del consumo/demanda de energía
Fuente: OCDE; AIE; BP Energy Outlook 2022 *Trayectoria actual: representa la modelización de los compromisos ya asumidos, las ambiciones futuras y el ritmo de implantación de las medidas.
Cuestiones críticas que deben abordarse para determinar el futuro mix energético:
- Consenso sobre las futuras fuentes de energía
- Cómo se conseguirá que sean sostenibles y que se mantengan en el futuro
- Cambio de conducta que conduzca a un menor consumo
- Mayor eficiencia energética y mecanismos de compensación eficaces
Desafíos en la modelización de un mix energético óptimo
Aunque existe un amplio consenso público sobre la necesidad de cambiar nuestro mix energético para cumplir los objetivos climáticos de París, sigue siendo difícil llegar a un acuerdo sobre la combinación óptima. Los principales organismos internacionales, como la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el IPCC y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), han llevado a cabo modelizaciones pormenorizadas.
Sus expectativas sobre las futuras fuentes de energía varían considerablemente.
Gráfico 2: Ejemplos de proyecciones de la cuota de renovables frente a la de no renovables en el mix energético de 2050
Fuente: IEA; BP Outlook; IRENA; Allianz Global Investors
El análisis de estos modelos revela tres tendencias claras:
- La proporción de los combustibles fósiles de la combinación energética debería disminuir del 80% actual al 20-30%.
- Las energías renovables deben sustituir a los combustibles fósiles, pasando de un 15% a un 60-80% (véase el Gráfico 2)
- Aunque no existe consenso sobre la energía nuclear, la mayoría de los modelos prevén que su cuota siga siendo importante (incluso que se duplique, pasando del 5% actual al 10% como mínimo).
Más concretamente, el declive de los combustibles fósiles supondría la eliminación del carbón y una reducción de hasta el 80% del consumo de petróleo. La energía solar y la eólica serían los motores de la expansión de las energías renovables, creciendo respectivamente 20 y 10 veces desde los niveles de 2020. Y, en última instancia, representando más de la mitad de las energías renovables (véase el Gráfico 3). El hidrógeno y la bioenergía también desempeñarán su papel, con un crecimiento porcentual de dos dígitos en la producción anual prevista (inicialmente hidrógeno “verde” y “azul” en una fecha posterior si resulta rentable)1 . Además, se producirá un aumento notable de la captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS).
Este cambio fundamental requiere la resolución de algunos retos clave interrelacionados, que de otro modo limitarían la ampliación de las tecnologías renovables. Por ejemplo, ¿cómo deben obtenerse los metales y minerales estratégicos? ¿Cuál es el papel de la economía circular2 en la gestión de los residuos electrónicos y el almacenamiento de energía? ¿Cuáles son los posibles factores adversos de las energías renovables derivados del propio cambio climático, como la disminución de la velocidad del viento y la obstrucción de la energía fotovoltaica por el polvo y la ceniza de los incendios forestales?
Gráfico 3: Matriz energética actual de renovables y previsiones de la futura combinación de energías renovables
Fuente: IEA; Allianz Global Investors
Las diferentes trayectorias generan incertidumbre
Los distintos organismos internacionales basan su planificación de escenarios en supuestos diferentes. Esto ha generado incertidumbre. Por ejemplo, el IPCC ha analizado un gran número de escenarios, con más de 100 compatibles con una trayectoria de 2 ºC3 y algo menos compatibles con el objetivo más ambicioso de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
En conjunto, este extenso análisis indica que la probabilidad de éxito, incluso de los modelos más optimistas, es de sólo el 50-66%, y aún implica un alto grado de incertidumbre. En muchos casos, las previsiones de éxito son muy inferiores.
Sin embargo, existe un consenso sobre lo que se necesita para alcanzar una trayectoria de éxito. Esto incluye un compromiso por parte de todos los países; una fuerte coordinación y cooperación mundial, incluyendo políticas energéticas unificadas, una volatilidad limitada de los precios de la energía, la fijación de precios del CO2 en todos los países y una aceleración sustancial de la aplicación de nuevas tecnologías. Si se elimina cualquiera de estos factores, la probabilidad de éxito disminuye.
La guerra acentúa los desafíos más importantes
La guerra de Rusia en Ucrania ha redirigido la atención de los responsables políticos hacia las preocupaciones de seguridad y resiliencia energética, además de exponer las debilidades de la cadena de suministro de los materiales necesarios para las tecnologías de energía renovable. La guerra también ha puesto de manifiesto la necesidad de una transición socialmente justa hacia una infraestructura energética más limpia. Asimismo, la dependencia de tantos países europeos de la energía rusa ha obligado al continente a abordar antiguas diferencias de opinión sobre las opciones de carga base, sobre todo por lo que respecta a la energía nuclear.
Aunque ninguno de los principales organismos internacionales ha proporcionado información actualizada desde el inicio de la guerra, la prioridad inmediata de suministrar energía asequible está despertando la incertidumbre sobre las proyecciones de sus modelos. La energía nuclear y las energías renovables no pueden proporcionar ningún alivio a corto plazo. Las fuentes de energía renovable ya están funcionando a plena capacidad, y los plazos de puesta en marcha de nuevas infraestructuras se prevén entre cinco y ocho años. Del mismo modo, se necesitará tiempo para aumentar la capacidad nuclear tras un periodo de declive estructural. Casi la mitad de los reactores nucleares franceses están parados o en fase de mantenimiento; hay una importante escasez de personal cualificado en el sector nuclear; y RTE -el operador de la red de transporte de Francia- ha sugerido que 2035 es la fecha más temprana para la puesta en marcha de nuevos reactores.
Nos preocupan los posibles retrasos en la transición
energética derivados de soluciones provisionales que no
son acordes con un mix energético descarbonizado a largo
plazo.
Mientras Rusia cierra el suministro energético de Europa,
los países importan gas natural licuado (con un impacto
medioambiental dos veces mayor al del gas natural),
vuelven a poner en marcha centrales eléctricas de
carbón y reanudan la exploración y producción de
combustibles fósiles. En concreto, las nuevas inversiones
en estas soluciones energéticas a corto plazo presentan
un rendimiento incierto, ya que son activos que corren el
riesgo de quedar “abandonados” a largo plazo.
Se necesitan urgentemente inversiones para colmar eldéficit de financiación de las infraestructuras energéticas
La verdad más incómoda que se desprende de la crisis actual es el déficit de inversión en infraestructuras energéticas de las últimas décadas, especialmente en Europa. La economía del “justo a tiempo” dio prioridad a los costes sobre la resiliencia, y las consecuencias de dicha prioridad se están sintiendo ahora. Sin embargo, ese déficit significa que existe una importante oportunidad de inversión. El informe IRENA World Energy Transitions Outlook 2022 calcula que las necesidades de inversión ascienden a 5,7 billones de dólares anuales hasta 20304.
Al igual que IRENA establece un mapa para los próximos ocho años para los responsables políticos, los gestores de activos están construyendo cada vez más carteras con objetivos climáticos formales superpuestos, haciendo uso de las continuas mejoras en los datos y la divulgación del clima. Como Allianz Global Investors es miembro de la iniciativa Net Zero Asset Managers – y nuestra empresa matriz, Allianz, es miembro fundador de la Alianza de Propietarios de Activos para el Cero Neto convocada por la ONU-, tenemos compromisos formales de cartera para determinados activos gestionados, con objetivos climáticos específicos. Sin embargo, también buscamos activamente las oportunidades derivadas de la descarbonización.
Efectos del futuro mix energético para los inversores
Clasificamos las oportunidades de inversión derivadas de los cambios en el mix energético en tres grupos:
1. Apoyo a la transición de los combustibles fósiles
A medida que los objetivos de descarbonización netos se integren cada vez más en la construcción de la cartera y en los resultados, esperamos que estos se reflejen de varias maneras:
- Resultados formalizados de rendimiento de carbono mediante indicadores clave. Estos pueden ser “verdes” (un umbral ambicioso según la referencia) o “de transición” (un punto de partida menos exigente, pero sucesivamente más estricto).
- Enfoque Cero Neto. Esto puede variar desde exigir a las empresas una estrategia formal de descarbonización hasta validar los Objetivos de Base Científica (Science Based Targets) de las empresas5.
- Unificación formalizada de las intenciones de carbono de la cartera y del voto por delegación.
- Seguimiento formal de fuentes de energía de alta intensidad de carbono o no convencionales.
2. Búsqueda de oportunidades de energía renovable
- Invertir en tecnologías limpias. Esto incluye el apoyo a las empresas que desarrollan y aplican tecnologías de rápida evolución como el almacenamiento de energía, el hidrógeno verde/azul y la tecnología de red, así como la energía renovable principal, por ejemplo, la solar y la eólica.
- Invertir en las materias primas que apoyan la transición a la energía limpia. Otra consecuencia de la guerra es la vulnerabilidad del acceso a los metales y minerales estratégicos necesarios para la producción de infraestructuras de energía renovable. Los elementos de las tierras raras resultan esenciales para capturar energía eólica; el magnesio es un componente clave de las células de combustible, así como de la tecnología eólica y fotovoltaica; el cobalto y el grafito natural resultan fundamentales para las baterías y las células de combustible. A medida que los precios de estas materias primas esenciales aumenten, podrán reabrirse yacimientos antes antieconómicos con una procedencia y una gobernanza respetables.
- Rare earth elements are essential for capturing wind power; magnesium is a key component of fuel cells, as well as wind and photovoltaic technology; cobalt and natural graphite are critical for batteries and fuel cells. As prices for these essential commodities rise, formerly uneconomic sites with respectable provenance and governance can reopen.
3. Inversión en soluciones climáticas
- La captura, uso y almacenamiento de carbono resulta de vital importancia para alcanzar el Cero Neto6 . Las instalaciones de CCUS en funcionamiento se han triplicado desde 20107 , las adaptaciones de CCUS en centrales eléctricas e industrias pesadas podrían reducir las emisiones de CO2 en más de 2GT anuales para 20508 , y el mercado mundial de CCUS podría crecer hasta los 7 mil millones de dólares para 20309.
- Las soluciones de eficiencia energética son múltiples. Las numerosas opciones se prestan al desarrollo del sector privado, especialmente las que se concentran en infraestructuras de energías alternativas o limpias. Más allá de la energía solar y eólica, los posibles proyectos del sector privado incluyen la transmisión de electricidad limpia, la adaptación de las redes energéticas a las energías alternativas (por ejemplo, el hidrógeno o los gases verdes) y la construcción de infraestructuras de apoyo como el almacenamiento de energía y CCUS.
Por último, tres aspectos que los inversores deben tener en cuenta. En primer lugar, las estrategias climáticas evolucionarán a medida que mejoren los datos divulgados por las empresas, especialmente en lo que respecta a los elementos clave de la consecución del Cero Neto. En segundo lugar, hasta que los datos mejoren, el compromiso con la dirección de la empresa es la única manera de obtener una perspectiva completa de los objetivos climáticos, especialmente en el caso de las empresas que se encuentran en una fase temprana de transición. Por último, las actividades de las empresas deben juzgarse en el contexto de los países en los que operan: el compromiso colectivo a través de la participación de los organismos del sector puede ayudar a promover la acción de los gobiernos. A medida que se acerca el próximo foro mundial para este tipo de debates – la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) – que se celebrará en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh en noviembre de 2022, las expectativas siguen siendo altas.
1 El hidrógeno gris utiliza la reformación al vapor del metano, proceso que emite carbono; el hidrógeno azul añade la captura, uso y almacenamiento
al hidrógeno gris para reducir las emisiones de carbono de la producción de hidrógeno; y el hidrógeno verde se produce utilizando energía
descarbonizada (como la energía renovable).
2 La economía circular aborda “cómo gestionamos los recursos, cómo fabricamos y utilizamos los productos, y qué hacemos después con los
materiales” y “se sustenta en una transición hacia la energía y los materiales renovables”, www.ellenmacarthurfoundation.org
3 IPCC, Vías de mitigación compatibles con 1,5°C en el contexto del desarrollo sostenible, www.ipcc.ch/sr15/chapter/chapter-2/
4 Hydro Review, 5,7 billones de dólares de inversión anual necesarios para la transición energética limpia, marzo de 2022; IRENA, World Energy
Transitions Outlook, 2022 (página 26); IRENA, IRENA Director-General Reacts to UNSG Remarks on Energy Transition, mayo de 2022
5 La iniciativa Objetivos de Base Científica (SBTi) define y promueve las mejores prácticas para las organizaciones por lo que respecta a los objetivos de
reducción de emisiones basados en la ciencia..
6 Afirmado por el profesor Johan Rockström, Administrador del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, durante la
conferencia Jornadas de Sostenibilidad de de Allianz Global Investors 2021
7 IEA, A new era for CCUS, 2020
8 IEA, A new era for CCUS, 2020
9 Carbon Capture, Utilization and Storage Market Overview 2030